En un final con varias polémicas arbitrales, la Selección cayó por 87-86 en suplementario. Roberto Acuña jugó 6 minutos y convirtió 4 puntos. El lunes, cierra las Eliminatorias en EE.UU.

Después de siete victorias, la Selección Argentina no pudo festejar en las Eliminatorias. En el comienzo de la última ventana, y ya con el pasaje para el Mundial China 2019 asegurado en la etapa anterior, el equipo de Sergio Hernández dio la cara y mostró una personalidad fantástica para revertir un trámite adverso en Puerto Rico y llegar a un suplementario que parecía imposible. Aunque allí, con bastante polémica arbitral de por medio, el esfuerzo no tuvo premio y la victoria quedó para los locales por 87-86. Redivo y Brussino fueron los goleadores con 16 puntos cada uno, mientras que Agustín Caffaro tuvo un gran debut (9 tantos y 3 rebotes en 10 minutos sobre el final). El lunes llegará el cierre de los clasificatorios, visitando a Estados Unidos.

El conjunto nacional tuvo un comienzo a paso firme, secando a los locales durante cuatro minutos e imponiendo un trabajado defensivo sólido para tomar una ventaja de 12-5, que también llegó porque la paciencia en ataque fue bandera (así llegaron dos triples de Mata y un par de volcadas de Delía). Sin embargo, la rotación despertó a los locales (20 tantos de los suplentes en el primer tiempo), que fueron más intensos y físicos atrás, y desnudaron algunas limitaciones ofensivas nacionales, generando incluso varios pasajes sin encontrar buenas opciones adelante.

Del 12-5 a favor, Argentina pasó a estar ocho abajo en el inicio del segundo cuarto (22-14). Claro que, así como el ataque fue un problema (36% de campo, con 2-12 triples), la defensa (buen ingreso de Faggiano) fue sostén, sobre todo para llegar a un empate (24-24) y para limar la diferencia sobre el final (33-29) cuando el dueño de casa amagó con escaparse.

La Selección volvió muy mal del descanso largo y, en un puñado de minutos, quedó 42-29 abajo tras un rápido parcial de 9-0 de los boricuas, que empezaron a encontrar más facilidades para quebrar la defensa nacional. Al menos se abrió el aro a distancia para Argentina, y los triples de Aguirre, Brussino y Redivo (2) hicieron que la diferencia no se extendiera. Es más, la explosión ofensiva de Lucio (10 en el 3°) permitió bajarla a 6 después de que fuera de 14 (55-49). Aunque un triple de Clavell en el cierre le dio aire a los locales (61-53).

El problema para Argentina fue que, más allá de las reacciones en ataque de la mano de Redivo y Brussino, la defensa (sobre todo en la primera línea) se mostró muy endeble, permitiendo penetraciones y dando ventajas para los agresivos boricuas, que volvieron a sacar diferencias -sobre todo- de la mano de un picante Clavell. Con amor propio y presionado en defensa, los de Hernández lograron arrimarse a sólo 5 (75-70) a poco más de 2 minutos del final tras una conversión de Agustín Caffaro (en su debut en la Mayor, lo mismo que había hecho Piñero en el primer tiempo). Pero Clavell fue pura personalidad y, con un triple, estiró a 10 a 1m30 del final y parecía sentenciar la historia.

Sin embargo, el carácter y la determinación de Argentina tuvieron otra idea. Con presión a cancha completa y un par de triples (Faggiano y Mata), la diferencia bajó a 2 a 58 segundos. Luego, una volcada de Caffaro tras un libre de Huertas bajó a sólo uno a 25 segundos. Clavell repitió el 1-2 desde la línea y abrió la puerta. Y pese a que Brussino falló el triple para ganar, Caffaro tomó un enorme rebote ofensivo y sacó falta a 3 segundos del final. El joven de Libertad (recordamos, en su debut) no dudó y clavó los dos libres que llevaron el duelo a suplementario (82-82).

Allí, fue todo más lucha que juego, y esa tendencia, la personalidad de Caffaro siguió sorprendiendo. Tras tomar un enorme rebote ofensivo, metió un libre y le dio una ventaja de 2 (86-84) a 46 segundos del final. Holland respondió con un triple que puso a los locales arriba, y después llegó la confusión total. A Marcos Delía le quedó una pelota abajo del aro y, en el intento, fue bloqueado pero la pelota quedaba para Argentina, ya que Rivera tocó el balón fuera del campo en el rebote. Claro que, de repente, el estadio se llenó de papelitos y hasta el banco local saltó a la cancha a festejar.

Tras revisar, los árbitros le dieron la bola a la Selección con 0,7 segundos en el reloj, y el intento desesperado de Redivo (con contacto no cobrado) no pudo ser. Fue derrota nacional, pero con la certeza de haber dejado todo con la mejor cara posible.