Este miércoles, y mediante sus redes sociales, Lucía Operto anunció su retiro del básquet. La oriunda de Lehmann, de 23 años, se encontraba en Murray State, equipo universitario norteamericano que disputaba la NCAA División I del básquet femenino.

Criada basquetbolísticamente en Sportivo Ben Hur, la pivot cuenta con pasos por Lanús -donde logró algunos títulos- y también por las divisiones juveniles de la Selección Argentina, disputando dos mundiales, y convocada en algunas oportunidades a la Mayor.

En una extensa carta, repasó su llegada a Estados Unidos, país que le permitió jugar y estudiar a nivel universitario, y agradeció a sus allegados por formar parte de su camino formativo y deportivo.

«No sé qué deparará el futuro, tal vez algún día vuelva a las canchas, renovada y mas fuerte que nunca. O tal vez este sea el final de nuestro camino juntos», expresó.

A continuación, repasamos la carta completa:

Ha llegado el momento de tomar una decisión que, aunque es difícil, sé que es la correcta. Después de largas charlas con la almohada he llegado a la conclusión de que es hora de decir adiós a la cancha y al deporte que me ha acompañado desde los once años.
Esta despedida está llena de emociones, siento una profunda tristeza al tener que dejar atrás algo que ha sido una parte tan importante de mi vida durante tanto tiempo. Cada entrenamiento, cada competencia, cada desafío, ha sido parte esencial de mi vida, moldeando mi carácter, enseñándome valores como la disciplina, la perseverancia y el trabajo en equipo.
Son lágrimas que se entremezclan con los recuerdos de victorias y derrotas, de momentos de gloria y de sacrificio. Gracias por haberme brindado tantas alegrías, por haberme permitido crecer y evolucionar como deportista y como persona.
Vivir cuatro años en Estados Unidos, obteniendo mi título universitario mientras jugaba al basquet, es un sueño hecho realidad.
Estos años han sido una montaña rusa de emociones, llenos de desafíos, triunfos y momentos inolvidables. Las experiencias vividas, los amigos encontrados y los obstáculos superados dejan una huella imborrable en mi vida y en mi corazón.
La oportunidad de combinar mi pasión por el basquet con mi educación universitaria ha sido un privilegio que estaré eternamente agradecida, ya que no solo me permitió crecer como jugadora, sino también como estudiante y persona. He aprendido a enfrentar los desafíos con valentía y a nunca rendirme ante la adversidad.
Quiero aprovechar este momento para agradecer a mi familia por estar a mi lado en cada paso de este camino. Su amor incondicional, su apoyo constante, han sido mi roca en las tormentas y mi faro en la oscuridad, sé que con ustedes a mi lado, puedo enfrentar cualquier desafío que se presente en el camino.
Gracias por estar siempre para mí, por creer en mí. Sin ustedes, este recorrido no habría sido posible. Los amo más de lo que las palabras pueden expresar, y estoy eternamente agradecida por todo lo que hicieron y hacen por mí.
Aunque la tristeza de la despedida se hace presente, estoy llena de satisfacción por este hermoso recorrido, por todas las experiencias que me han llevado hasta aca, por todas las personas que han sido parte de mi viaje y por todas las lecciones que he aprendido en el camino. Cada paso, cada obstáculo, cada victoria ha contribuido a mi crecimiento y ha moldeado la persona que soy hoy.
Me llena de felicidad y emoción pensar en lo que se viene. Se que hay un mundo de oportunidades esperándome y estoy ansiosa por descubrirlo, con la confianza de que estoy en el camino correcto y con la determinación de hacer de cada día una nueva aventura.
No sé qué deparará el futuro, tal vez algún día vuelva a las canchas, renovada y mas fuerte que nunca. O tal vez este sea el final de nuestro camino juntos. Sea lo que sea te agradezco por todo, querido basquet. Fuiste más que un deporte para mí; fuiste una lección de vida, un camino de crecimiento y un tesoro de experiencias inolvidables.
Con amor,
Lucia, #10 out.