En el cierre de la fase de grupos, la Selección Argentina cayó ante Estados Unidos (101-46) y se aseguró el segundo puesto en su zona con un récord de 2-1.

Enfrente estuvo una de las potencias más dominantes del básquet internacional. Estados Unidos lidera el ranking FIBA desde hace años y en esta edición llegó tras batir los récords de máxima de puntos en un partido (138) y en un solo cuarto (46). Ante esa realidad, el cuerpo técnico buscó contener el poderío físico rival con una defensa zonal, generando ataques menos fluidos que en anteriores jornadas. También hubo una buena lectura para cortar líneas de pase y anticiparse a los lanzamientos externos (apenas convirtió cinco).

En ofensiva, Argentina se apoyó en una correcta circulación del balón para construir tiros abiertos, incluso en un contexto de alta presión y de ese ritmo intenso que proponen Stephen Gómez y sus jugadoras. Aun cuando la efectividad no siempre acompañó, la intención de juego fue bastante evidente dada la magnitud del oponente. Esas buenas decisiones le concedieron seis anotaciones de tres puntos y en cinco manos diferentes.

Con el goleo repartido, las más destacadas fueron Kiara Miró Morra y Sofía Rosso, autoras de 10 unidades cada una. En la banca opuesta, la principal anotadora fue Eva Long con 17.

El viernes jugará por los cuartos de final de la AmeriCup U16 de Irapuato (México) y por la clasificación a la Copa del Mundo U17 del próximo año, desde las 20.30 horas ante Colombia.